Mapa de intensidad del sismo de 6.1 ocurrido en Oaxaca el 23-09-2017.
Fuente: United States Geological Survey
Para todos es fácilmente reconocible la palabra Richter gracias a la escala que usa ese apellido para medir la intensidad de los sismos. Sin embargo, ¿cómo rayos se interpreta la escala de Richter?
Primero un poco de historia: el famoso Richter es Charles Francis Richter, un físico y sismólogo estadounidense nacido en 1900 quien desarrolló (junto con su colega Beno Gutenberg) la famosa escala que fue usada primero en 1935 para reemplazar la no tan famosa Escala de Mercalli que venía usándose desde 1902.
La Escala de Mercalli intenta medir la intensidad de los sismos con base en la destrucción que ocasionan y cuenta con doce niveles que van desde lo imperceptible hasta la destrucción total. Pero la Escala de Mercalli tenía una debilidad obvia: es enteramente subjetiva y queda al criterio del observador. Además, en áreas poco pobladas donde las construcciones son tradicionales y no siempre muy estables, cualquier temblor que destruyera todo automáticamente llegaría al tope de la escala, aunque no hubiera sido muy intenso.
Por ello, Richter y Gutenberg idearon una forma matemática de usar los datos de un sismógrafo para calcular cuánta energía había liberado un sismo. Su trabajo final fue una escala logaritmica de base 10 que usa la diferencia de tiempo entre las ondas primarias y secundarias de un sismo y la amplitud máxima de la onda sísmica para calcular la liberación de energía.
La Escala de Richter es logarítmica porque cada valor de la escala se multiplica por una magnitud, en vez de sólo sumarse al valor anterior. Cada vez que cuando uno sube una unidad en la Escala de Richter lo que está haciendo es multiplicar por diez el valor anterior. De esta manera tenemos que un terremoto de valor seis es diez veces más potente que uno de valor cinco, cien veces más fuerte que uno de cuatro, mil veces más poderoso que uno de tres y así conforme subamos o bajemos en la escala.
Sin embargo, con el paso del tiempo la Escala de Richter demostró que no era infalible en sus cálculos: arriba de 6,9 la escala de Richter perdía precisión. Los cálculos terminaban dándole valores iguales a sismos que, claramente, habían tenido liberaciones de energía diferentes (es decir, la escala se "satura"). También hay otro problema con la comparación de magnitudes de la Escala de Richter pues sólo es válida cuando los terremotos tienen el epicentro en el mismo punto.
Al final, haciendo una comparación histórica, resultan comprensibles los errores de la Escala de Richter. Al haber sido desarrollada en California, la escala fue pensada originalmente para medir los sismos producidos por la Falla de San Andrés utilizando los instrumentos sismológicos de la época. Conforme la necesidad de una medición matemática más exacta de los sismos se hizo evidente en el mundo, la escala sufrió alteraciones para hacerla más precisa y de uso global, pero sus limitaciones eran cada vez más evidentes.
Por ello en 1970 se terminó desarrollando una nueva escala llamada Escala de Magnitud de Momento, la cual mide el "trabajo" del sismo (la capacidad de una fuerza para mover un objeto) con base en el tiempo de osilación entre las ondas sísmicas. A diferencia de la Escala de Richter, la de Magnitud de Momento no se "satura" con sismos grandes porque no contempla un límite máximo. Por ello la Escala de Magnitud de Momento acabó reemplazando a la de Richter en 2002 como la que se usa internacionalmente para medir la intensidad de los sismos.
Sin embargo, aunque las dos escalas usan cálculos matemáticos diferentes, la Escala de Magnitud de Momento da continuidad a los valores de la Escala de Richter por encima de la magnitud 6,9. La diferencia es que la Escala de Magnitud de Momento tiene una base de más o menos 101,5 (es decir, un terremoto de ocho es aproximadamente 32 veces más pontente que uno de siete, mil veces más poderoso que uno de seis, aproximadamente 32 mil veces más fuerte que uno de cinco...).
Por ello se considera un error menor que en los medios se siga hablando de los "grados Richter" (aunque las dos escalas no se miden en "grados" y la que se usa ya no es la de Richter). Aún así, aunque la Escala de Magnitud de Momento es la más citada actualmente para medir el tamaño de los sismos, no es la única que se usa alrededor del mundo.
Mención honorífica: la Escala de Mercalli
Medir la intensidad de un sismo sin recurrir a complejos cálculos matemáticos es un reto. Las ondas sísmicas -en sí- son invisibles, lo único que el ser humano puede notar son sus efectos. Y con base en ello es que el vulcanólgo italiano Giuseppe Mercalli tomó una escala anterior creada en el siglo XIX (llamada Rossi-Forel) y la actualizó para reflejar mejor los daños producidos por los sismos. La escala se divide en doce niveles:
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