La era del cover

Tras la polémica desatada por las disposiciones legales de leyes como SOPA, PIPA, ACTA o la Ley Döring aquí en México (las cuales virtualmente impedirían realizar cualquier obra derivada de un producto sin antes pagar) el tema de la originalidad y los derechos autorales vuelve a estar en el reflector.

El cover en el aspecto musical ha sido una de las primeras y poderosas herramientas de las bandas que recién inician o de aquellos que buscan realizar algún experimento o tributo a otros artistas de ya gran renombre.

En algunos casos las nuevas versiones son superiores que la original, en otros casos resultan una aberración. Así de subjetivo es el arte:

He aquí uno de los grandes peligros del cover:
que unos tales "Guns Roses" le copien a Tokio Hotel...

Vivimos en un mundo lleno de referencias a la cultura que nos rodea. En cine, radio, música, televisión y medios impresos hay referencias a otras obras de arte diversas del pasado.

Vivimos una época donde al parecer la tendencia no es crear algo original sino explotar los éxitos ya demostrados. A veces como una forma de los artistas de despuntar en sus primeros años, a veces por colgarse de la fama de un tema.

¿Cuándo y bajo que circunstancias es pertinente hacer un cover? No hay reglas escritas al respecto, sin embargo el pasdo está más presente que nunca y en algunas ocasiones no nos damos cuenta de ello (lo cual encierra cierto peligro: el de quedar como un tonto al igual que el de la imagen).

Y para muestra de cuantos éxitos de hoy son visitas a las páginas del ayer he aquí algunos ejemplos:

Jambalaya (on the Bayou).
I was made for loving you
Tan enamorado
Procuro olvidarte



Y así se puede seguir la lista de lo sublime a lo grotesco, de lo clásico a lo atrevido. ¿De qué depende el éxito de un cover? ¿Es válido hacer covers? ¿Al final cuál versión les gusta más: la original o la derivada?

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